viernes, 14 de mayo de 2010
Durante los primeros minutos la luz puede cegarte, pero poco a poco las retinas se van acostumbrando al enorme chorro de fotones que envían los focos directamente a tu posición. Te pones en pie y miras a tu alrededor, todo puede resultar abrumador.
Lo ves moverse con seguridad, aparenta estar bastante en forma, no pierde el ritmo ni por un instante, su tónico muscular impresiona a cualquier profano en la materia e incluso a alguno que no lo es tanto. Dibuja figuras simétricas perfectas con el ensayado bamboleo de su postura.
Suda…
Su estatura y peso rozan el máximo para la categoría en la que se encuentra, su aspecto impone…
Si mantienes la atención, puedes ver sus intenciones, saber lo que piensa, pero tienes que aprender a oír los silencios y a ver la oscuridad. Míralo a los ojos pacientemente, notas cada chasqueo de su maquinaria interna…
Fluye…
Tú sabes quién es, lo conoces, puedes palpar su instinto. Lo sigues mirando a los ojos, fijamente, ¿te das cuenta de ese detalle? Si, sabes que lo has visto.
Las décimas de segundo comienzan a transcurrir como eones durante un corto periodo de tiempo.
Has visto como sus ojos te hablaban, era la señal mas directa de su lenguaje corporal, podrías haberlo deducido unas milésimas antes por la tensión de su musculatura y su mandíbula, pero eso prefieres dejárselo a la información recogida por tu subconsciente. Ves como se empieza a gestar un Hook perfecto con la fuerza de la ira, el brazo del emisor se expande de forma casi poética formando una curva perfecta.
Este es el tiempo necesario, nada más…
Un golpe de boxeo puede llegar a desarrollar una presión de 296 Kg. por centímetro cuadrado a una velocidad desorbitada. A ti solo te basta un parpadeo para tensar tu mandíbula y tu abdomen hasta el punto en que puede llegar a parecer ficticio.
Disciplina…
Es el único movimiento que has hecho desde que subiste a la lona, has visto como el trayecto entre sus nudillos y tu vientre se acortaba cada vez mas rápido, parece haber echo un esfuerzo anaeróbico más que importante para su organismo. Tú sigues sin inmutarte, pero lo ves, ves como el impacto llega…
Con la templanza y la tranquilidad de un suikinkutsu, ves como tropieza contra tu cuerpo como un avión de papel contra un muro de hormigón.
Solo has necesitado mantener de forma constante y permanente la concentración que durante años lucho por alcanzar Siddhārtha Gautama bajo la sombra de un bodhi.
Pero eso no es un reto, estas acostumbrado a ello…
De repente notas como fallan sus fuerzas, todo aquello que cree o de lo que se conciencia se evapora rápidamente, su brazo se curva en señal de remisión y su cara muestra un gesto de incredulidad y asombro.
Justo un instante antes has tenido la certeza de que si su antebrazo hubiera ejercido la presión suficiente habrías notado perfectamente como ceden sus falanges crujiendo débilmente sobre el muro de tu estomago.
A partir de aquí, sus pensamientos comienzan a balancearse, pasa de una incomprensión absoluta, a una admiración extrema entre un atisbo de miedo.
Lo miras otra vez. Parece un Dummy tras un crash test

Yo no soy boxeador ni aficionado. No me gusta ese deporte. Pero escogí esta analogía por que me pareció la más descriptiva y factible para mí explicación.
Te vas a pasar la puta vida esperando que algo llegue, la gente de ahora lo llama “ilusiones”.
El hombre moderno vive alimentando su conciencia de esas “ilusiones”, gracias al sueño de alcanzarlas se levanta cada mañana para llevar una vida de mierda que cree que le dará acceso a éstas. Tristemente, en lo mas profundo de su ser sabe que muy posiblemente nunca las alcanzará, y que si alguna vez lo hace le proporcionaran un estado de felicidad tan insípido y breve que ni siquiera podrá apreciarlo, por lo que un instante después, tendrá una nueva meta con que llenar ese vacío que le obligará a entrar en el mismo bucle.
¿Por qué hace eso? No lo se, es fruto de una educación que no esta en los libros, de un saber imbuido por la sociedad y el sistema al que no le conviene que salgas de esa cárcel.
Como si de un boxeador profesional se tratara, la vida vendrá en multitud de ocasiones a propinarte golpes con lo que puede parecer su gancho mas duro.
Mire a donde mire, solo veo una cosa, oportunidades de aprendizaje, experiencias y conocimientos. Tan solo la cultura da la absoluta libertad.
Tu autodeterminación, no conoce límites…

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Replicante at 1:25 |

3 Comments:

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At 15 de mayo de 2010, 20:00, Anonymous Anónimo said........
Joder!! no despiertes a los que se han acomodado en su letargo!!
 


At 18 de mayo de 2010, 16:04, Blogger Juanoide said........
Yo creo que las ilusiones son las que nos hacen seguir avanzando, que si que muchas se quedan en sueños incumplidos pero eso es porque no echamos toda la carne en el asador, si nadie hubiera tenido la ilusión de construir un palacio para su mujer digno de los libros, no se habría construido el taj majal y si nadie hubiera tenido la ilusión de crear una serie de animación sobre sus ideas, nunca habrían existido los simpsons, muchas veces la vida nos da palos pero hay que ser como los boxeadores volvernos a levantar par devolver el golpe.
 


At 18 de mayo de 2010, 21:34, Anonymous PJ said........
Bueno, hoy mismo han dicho que hasta los 70 no alcanzamos la felicidad...¿Será entonces cuando ya no haya metas que alcanzar? Más bien que vemos cercano el final y pensamos que para qué seguir complicándonos lo que nos queda de vida.
Saludos